Fecha :
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25 de Agosto del 2016
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Titulo
del proyecto:
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PRAE Compromiso ambiental Caldista
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Integrantes
docentes comisión proyecto PRAE, de las sede: Bachillerato jornada mañana.
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Clara Inés Sierra Ortega,
Camilo Caamaño Contreras, Álvaro Ramírez., Norcy Gutiérrez Cruz. J.m.
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Resumen
El colegio Caldas sede bachillerato percibe en su entorno problemas
como: contaminación sonora, fumadores
de tabaco y drogas ilícitas, automóviles de acarreos que invaden las zonas de
paradero de las rutas escolares y desperdicios y heces fecales que dejan los
mendigos. En el interior del colegio
se ha distinguido una aguda situación en relación al mal manejo de residuos
sólidos de los empaques de polietileno, envases de plástico, vidrio y papel
por parte de los estudiantes, situación que se trabajó con atención este año.
Además de ello nuestra comunidad se enfrenta hoy en día a la más grave crisis ambiental en la historia de
la humanidad: calentamiento global, pérdida de la biodiversidad,
contaminación de aire, agua y suelo, cambio climático mundial, desertización
y otros complejos problemas que afectan el medio ambiente (generación de
desechos tóxicos, uso de energías contaminantes, sobreexplotación de recursos
no renovables, entre otros). Estos problemas parecen ser formas irreversibles
de la destrucción de la naturaleza y aunque tienen su origen de fondo en los
modelos de desarrollo progresista de las modernas sociedades occidentales,
son también consecuencia de acciones y actitudes personales irresponsables.
El proyecto PRAE
2016 Compromiso ambiental Caldista, ha generado espacios de
Sensibilizando a la comunidad
Educativa sobre la importancia de la problemática ambiental en zonas de
conservación y en el entorno, generando cambios de actitud positiva hacia la
naturaleza y preservación, despertando valores en los alumnos, tales como:
tolerancia, colaboración, respeto por la naturaleza, trabajo en equipo entre
otros. Con los proyectos: Celebración día de la tierra y el agua
(sensibilización de la problemática de los ecosistemas con énfasis en la zona
de la Macarena, conferencia parques Nacionales), El valor de la paz y el
medio ambiente (Lectura reflexivas de la contaminación minera en el país y el
petróleo en Casanare y Acacias, ejercicios de respiración para sentirnos
parte de la Naturaleza, conferencia parques Nacionales), espacios limpios y
mimos ecológicos.
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Metodología
Participativa colaborativa; de los docentes de grupo
proyecto PRAE bachillerato jornada dela mañana. Se han liderado las actividades, la; programación,
la motivación, la consecución de recursos, el desarrollo de cada actividad y
la evaluación de las mismas, todos los docentes del colegio asisten a las
actividades programadas acorde al horario y programación establecidos.
Cada subproyecto requiere reunión previa con lluvia de
ideas, redacción del proyecto, consecución de recursos o uno o más
integrantes proponen una idea y sobre ello se trabaja, hasta organizarlo.
Los estudiantes; han
colaborado con recursos
financieros y en especie, responden a la motivación y participan de cada actividad programada.
Las directivas; han revisado y aprobado los proyectos y
garantizando la logística según disposición
del colegio.
Administrativos; preparan la logística.
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Cronograma
de actividades realizadas 2016
Actividad
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Evento
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Fecha
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Responsables
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Elaboración del proyecto
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Reunión
de la comisión
Proyecto
PRAE.
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Enero a
Abril del 2016
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Comisión
proyecto PRAE.
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Entrega y aprobación del proyecto
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Redacción.
Impresión, entrega.
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Abril
del 2016
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Lic. Carlos
Camilo Camaño.
Rector; Lic.
Henry Santiago.
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Proyecto del agua y tierra
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1. La conferencia realizada por
el Técnico; Wilson Villalba Torres de parques Nacionales, Ecosistemas
y problemática ambiental
2. Reflexión sobre la problemática ambiental de la macarena Explotación
del petróleo y la licencia ambiental. En clase con lectura análisis de la
problemática. Lectura; Diversas
opiniones, para reflexionar. El polémico comunicado de la ANLA
3. Sensibilización grados 10 y
11 a grados 6 a 9.
4. Motivar la participación de
los miembros de la comunidad Caldista, en las estrategias del cuidado y la
conservación del agua.
5. Concurso de pintura sobre la problemática
ambiental que afecta el agua y la tierra.
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14, 15,
18 de Abril.
18,19,
20, 21
de abril
22 de
abril
22 de
abril
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Ing. Clara Inés Sierra.
Colaboración todos docentes
pasantes.
Profesores sociales y Cnat.
Comisión PRAE.
Lic. Camaño Carlos, Álvaro Ramírez, Clara Sierra, Norcy
Gutiérrez.
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El valor de la paz y el medio ambiente
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1. Realizar actividades que permitan el desarrollo de la sensibilidad
con conocimiento de las problemáticas
ambientales y la riqueza de los ecosistemas de Colombia.
1.1. Conferencia técnico Wilson Villalba de parques nacionales.
1.2. Análisis reflexivo lecturas.
1.2.1 ¿Qué pasa con la minería
en Colombia?
1.2.2. Colombia, segundo
país con más conflictos ecológicos según mapa global.
1.2.3. Dos miradas a
la minería en Colombia,
1.2.4. Problemática ambiental en el Ariari y Acacias.
2. El valor de la Paz interior del ser, como eje central en el
desarrollo de las emociones, que permitan sentir al estudiante que es parte
de su entorno de la madre Naturaleza.
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Ing. Clara Inés Sierra Ortega.
Docentes pasantes.
Lecturas recopiladas por Clara Sierra
Docentes CNat. y Ciencias sociales
Ing. Clara Sierra.
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Espacios limpios
El Valor de la paz
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Lic. Álvaro Ramírez Hernández,
Lic. Jackeline Beltrán.
Todos los Docentes
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Anexos:
Objetivo: Concientizar a los estudiantes de la
básica en el cuidado de los ecosistemas y a los estudiantes de la media
académica en el valor de la biodiversidad y su conservación. Conferencia con
Wilson Villalba. Lugar Biblioteca
Actividad PRAE
Fecha
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Hora
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Curso
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Responsable
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Jueves 14 – 04 -2016
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1
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601
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Clara Inés Sierra
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Jueves 14 – 04 – 2016
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2
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602
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Clara Inés Sierra
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Jueves 14 -04 - 2016
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3
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603
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Clara Inés Sierra
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Jueves 14 -04 - 2016
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4
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701
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Luis Alfonso Castañeda
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Jueves 14 –04 -2016
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5
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702
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Claudia Corchuelo
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Jueves 14 – 04 - 2016
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6
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703
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Jorge Adelmo Rey
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Viernes 15 – 04 - 2016
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1
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801
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Celina Elsy Montero
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Viernes 15 – 04 - 2016
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2
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802
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Lucy María Silva
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Viernes 15 – 04 - 2016
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3
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803
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Joel Gómez Bohórquez
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Viernes 15 – 04 - 2016
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4
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901
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Clara Inés Sierra
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Viernes 15 – 04 - 2016
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5
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902
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Clara Inés Sierra
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Viernes 15 – 04 - 2016
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6
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903
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Maritza Porras Alvarez
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Lunes 18 – 04 - 2016
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1
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1001
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Norcy Gutiérrez Cruz
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Lunes 18 -04 -2016
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2
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1002
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Henry Ovalle Fandiño
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Lunes 18 -04 -2016
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3
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1003
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José Vicente Gómez
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Lunes – 18 -04 -2016
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4
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1101
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Sanabria Nohora Alicia
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Lunes – 18 -04 -2016
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5
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1102
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José Vicente Gómez
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Lunes – 18 -04 -16
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6
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1103
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Celina Elsy Montero
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Fotos Conferencia
Fotos Trabajo en clase
Fotos cortesía
Clara sierra
Diversas opiniones,
para reflexionar
El polémico comunicado
de la ANLA
“La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), a través de la
Resolución 286 del 18 de marzo de 2016, otorgó Licencia Ambiental para el
proyecto denominado ‘Área de Interés de Perforación Exploratoria Serranía’,
localizado en los municipios de La Macarena en el departamento del Meta y San
Vicente del Caguán en el departamento del Caquetá.
En principio, el área del bloque inicial otorgado por la Agencia
Nacional de Hidrocarburos tenía una extensión de 34.649 hectáreas, de las
cuales fueron licenciadas por esta autoridad 30.887 hectáreas dada la
importancia ambiental de la zona. Luego de un riguroso análisis técnico, y
teniendo en cuenta las recomendaciones de Parques Nacionales Naturales, y los
resultados de la Audiencia Pública Ambiental celebrada el 30 de abril de 2015
en el municipio de La Macarena, la ANLA
consideró que solamente el 43% del área total solicitada en la licencia podía
ser utilizada para el desarrollo del proyecto.
El proyecto contempla la exclusión de zonas ambientalmente sensibles
tales como ríos, lagos, lagunas y ciénagas; coberturas vegetales de bosques
abiertos y de galería; asentamientos nucleados y sitios de interés
paisajístico, entre otros. En los mencionados ecosistemas estratégicos y zonas
socialmente sensibles NO se podrá realizar ninguna actividad de exploración de
hidrocarburos. Cabe resaltar que el área de exploración se encuentra localizada
a 68 kilómetros en línea recta de Caño Cristales, a 23 kilómetros del río
Guayabero y 48 kilómetros del río Duda, y en cuencas hidrográficas diferentes a
la zona del proyecto; por lo que no existe la posibilidad de que se afecten
dichos cuerpos de agua, y mucho menos los Parques Nacionales Naturales de
Tinigua, Sierra de La Macarena y Cordillera los Picachos, así como ningún área
protegida localizada cerca al proyecto.
Exploración petrolera
en la Macarena
El alcalde del municipio de La Macarena, Ismael Medellín, rechazó la
licencia ambiental otorgada por la ANLA
y aseguró que los habitantes de su municipio no están de acuerdo con la
perforación petrolera que autorizó el Gobierno. “El año pasado se hizo una
convocatoria pública y se manifestó un NO
a la perforación de La Macarena, Cormacarena
dio un concepto negativo y no fue tenido en cuenta (…) el señor dela ANLA
dice que cómo era una administración nueva no tenía conocimiento, ellos lo
saben, lo que pasa es que quieren decirle al país que La Macarena no está de
acuerdo”, dijo Medellín.
El jefe del municipio, señaló que si bien las perforaciones no se van a
hacer directamente en Caño Cristales, si se harán en la cabecera de los
municipios donde nacen los ríos que irrigan a La Macarena y cuyas aguas llegan
hasta el Orinoco. “Nuestra preocupación es grandísima porque se ha autorizado
la licencia, cobija toda la zona de los ríos que llegan a La Macarena, rio
Lozada y el rio Guayabero, nuestra preocupación es porque se va a hacer en la
parte de arriba de La Macarena, están atentando contra el parque de la serranía
de La Macarena”, agregó. (Lea también: ANLA promete que exploración petrolera
en La Macarena no afectará Caño Cristales).
Medellín cuestionó el hecho de permitir la perforación de 150 pozos de
explotación petrolera si, según él, cuando los visitantes llegan al parque ni
siquiera se les permite entrar repelente ni bloqueadores solares. Así mismo,
indicó que es contradictorio que en este momento se tenga detenido un proyecto
de instalación de dos antenas de 5 metros de altura para llevar internet a los
colegios por que contamina el ambiente, y que al mismo tiempo se autorice la
exploración petrolera en la zona.
La Macarena se opone a
la explotación petrolera
Colombia está estrenando una nueva serie de billetes. El de $2.000 que
de ahora en adelante cargarán los colombianos en sus carteras y bolsillos, es
un homenaje a uno de los rincones ecológicos más emblemáticos del país: Caño
Cristales, el río de los cinco colores. Paradójicamente, casi al tiempo que se
estrena el nuevo papel moneda, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales
(ANLA) decidió otorgar permisos de explotación a una empresa de hidrocarburos a
67 kilómetros del majestuoso río. Hace cuatro años los ingenieros de la empresa
Hupecol Operating llegaron a la región que abarca el municipio de La Macarena,
uno de los más afectados por la violencia en las últimas décadas, para iniciar
la fase de exploración petrolera. Una vez confirmaron la factibilidad del
proyecto a unos 30 kilómetros del casco urbano, iniciaron el trámite para
comenzar la segunda fase: la explotación de unos 150 pozos.
El pasado 18 de marzo, el director de la ANLA, Fernando Iregui, firmó la
resolución 0286, en la que autorizó a la empresa a seguir adelante con sus
planes. Los habitantes y líderes del municipio, en el que viven alrededor de
30.000 personas, se sintieron traicionados. Y, por supuesto, preocupados por el
destino que les aguarda. Desde que la violencia comenzó a amainar en la zona y
los turistas perdieron el miedo para visitar este glamuroso rincón natural de
Colombia, entendieron que el ecoturismo y un desarrollo sostenible eran la
mejor opción para todos.
Dos parques nacionales han sido declarados en la zona: Sierra de La
Macarena y Tinigua. Caño Cristales es apenas una de la joyas de la región. Allí
también están Salto Canoas, Caño Piedra, El Raudal, Caño Temblón, el Salto del
Gato. Este gran ecosistema fue uno de los sitios elegidos por los productores
de la película Magia salvaje.
Hace un año, el 15 de mayo de 2015, ante el deseo de la empresa de
instalarse en la región, los líderes políticos del municipio convocaron a un
cabildo abierto para discutir el tema. Más de 3.000 personas, según lo recuerda
Pedro Rocha, presidente del Concejo Municipal, asistieron al evento y se
manifestaron en contra de la explotación petrolera en la zona. Sabían que
estaba en riesgo la apuesta por el turismo comunitario y un desarrollo
sostenible.
En el municipio, al menos 500 familias dependen económicamente de esta
actividad, unos 120 jóvenes y adultos trabajan como guías turísticos, existen
dos asociaciones de canoeros, otras dos de transportadores, se han creado
agencias de viajes locales. “Es un trabajo que hemos hecho de manera social y
sostenible”, dice Rocha, quien viajó esta semana a Bogotá junto al alcalde de
La Macarena, Ismael Medellín, y otros líderes para denunciar ante el Congreso
de la República lo que está ocurriendo.
Además del cabildo abierto, el 4 de julio del año pasado se realizó una
audiencia pública sobre el tema. Una vez más los habitantes expresaron su
rechazo al proyecto petrolero. Su mayor temor es que se afecten las fuentes
hídricas. El alcalde de La Macarena asegura que el proyecto está muy cerca del
nacimiento de varias fuentes hídricas, como los ríos Guayabero, Duda y Lozada. “La
ANLA pasó por encima de esas decisiones del pueblo –dice Rocha–, hemos visto
que en Putumayo y parte del Meta los petroleros sólo han dejado ruinas. No hay
ejemplo de que esto genere algo positivo. Además, los estudios ambientales los
hacen las empresas petroleras. Entonces siempre van a su acomodo”.
Ayer, los representantes de La Macarena volvieron a expresar su
desacuerdo en el Congreso de la República. En redes sociales el tema se
convirtió en una tendencia nacional (ver recuadro). Iregui, director de la
ANLA, convocó una rueda de prensa en la que expuso su punto de vista. Primero
indicó que “Hupecol había solicitado 34.649 hectáreas y se licenciaron 30.874”.
Segundo, el funcionario puntualizó que Caño Cristales está a 68 kilómetros de
la zona concesionada, el río Guayabero a 23 kilómetros y el río Duda a 48
kilómetros. Aclaró que la cuenca hidrográfica en la zona licenciada es
diferente de la de Caño Cristales, que desembocaría en el Lozada y no al revés.
Reconoció que la distancia entre el bloque licenciado a Hupercol y el
PNN Tinigua es de apenas 2,5 kilómetros. Una distancia bastante preocupante si
se piensa que más allá de los parques naturales existen zonas de amortiguación
que exigen un manejo especial. Iregui también reconoció que el lindero sur del
bloque licenciado sí toca el río Lozada, una de las preocupaciones de los
habitantes que dependen de estas fuentes hídricas. Aunque insistió en que “no
ofrece ningún peligro al río”.
El concejal Rocha recordó que desde hace varios años son una comunidad
que está luchando para impulsar el ecoturismo. “Los que visitan este paraíso no
se pueden echar desodorante ni aerosoles”, recordó, y añadió: “este lugar es
oportunidad para que nuestros hijos construyan paz y armonía con ingresos
económicos. En este paraíso siempre hemos buscado y seguiremos buscando que sea
patrimonio natural”.
FARC cuestionan la
licencia petrolera dada en zona turística de La Macarena y Caño Cristales
La guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer se preguntó "por qué y
para qué quiere la paz" el presidente, y "para beneficio de
quién".Las FARC cuestionaron hoy la polémica licencia de explotación
petrolera concedida por la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) en
cercanías a la serranía de La Macarena y Caño Cristales, uno de los sitios
turísticos más reconocidos de Colombia.
En un mensaje en su cuenta de Twitter, la guerrillera holandesa Tanja
Nijmeijer se preguntó en alusión a este asunto "por qué y para qué quiere
la paz" el presidente, Juan Manuel Santos, y "para beneficio de
quién".
La declaración de Nijmeijer, acompañada de la etiqueta
"#CañoCristalesNoSeToca" y un plano de la zona, ha sido destacada por
las FARC en la red social como su reacción ante la concesión de la licencia,
uno de los temas más comentados desde ayer en las redes sociales, que ha
generado una polémica en el país.
Por su parte, la ANLA ha asegurado que ese permiso, que autoriza la
explotación en cerca de 150 puntos en un área de 30.887 hectáreas a la empresa
Hupecol, "no afectará ambientalmente ningún Parque Nacional Natural",
como es la sierra de La Macarena, "o sitios de interés turístico y
ecológico".
En esa zona se encuentra Caño Cristales, una maravilla natural también
conocido como "el río de los siete colores", por las algas
multicolores que crecen en su lecho, o también llamado "el río más bonito
del mundo". El proyecto, explicó la ANLA, está localizado en los
municipios de La Macarena en el departamento del Meta y San Vicente del Caguán
(Caquetá), en el sur del país. La serranía de La Macarena y sobre todo Caño
Cristales han sido promocionados intensamente en los últimos tiempos, pues se
espera que en la zona aumente considerablemente el número de visitantes una vez
se alcance la paz con las FARC….
Enlaces consultados:
Fotos
sensibilización grado 10 a grados 6-7
Lecturas
Recopilación por; Clara Inés Sierra
1. ¿Qué pasa con la minería en
Colombia?[1]
El gobierno,
por congraciarse con las multinacionales, está violando los más elementales
derechos de los pequeños y medianos mineros. La minería en Colombia no es más
que el paraíso de las multinacionales mineras, que operan sin ninguna
consideración, por la minería ancestral y artesanal de la cual derivan su
sustento miles de compatriotas.
Es una
desgracia para nuestro país que las multinacionales, en medio de su arrogancia
y poder económico, tiendan barreras con el aval del gobierno para impedir su
ejercicio artesanal, actividad de la cual derivan su sustento miles de
compatriotas desde hace varios siglos. Es perfectamente entendible que hay que
cumplir con las normas medio ambientales para ejercerla. Sin embargo, de la
norma legal a la criminalidad con graves señalamientos de delincuencia
organizada, hay mucho trecho y vergonzoso abuso de autoridad.
Esta suspicacia
alcanza a verse a simple vista, cuando observamos, que el manejo político y el
poder económico se disfrazan de autoridad con prepotencia de hacer cumplir la
ley. Tal el caso del Páramo de Santurbán, de Unión Matoso, el pueblo más
miserable de Colombia donde existe la “majestad” de la mina de níquel de Cerro
Matoso, un potencial económico que si algunas obras de infraestructura ha
realizado en la región, no se compadece con las inmensas millonadas de regalías
a que tienen derecho sus habitantes.
Pero, lo más
desastroso está por ocurrir en la Guajira, cuando están por desviar el cauce
del río Ranchería, para dar paso a la explotación minera. No les importa dejar
sin agua a sus habitantes y a cambio les ofrecen la construcción de un campo de
deportes. Pero, si nos detenemos en las minas de oro de Marmato en el
departamento de Caldas, es otro drama que contar: nos damos cuenta de que sus
moradores continúan viviendo en la más absoluta miseria. Su explotación les ha
traído todo tipo de problemas sociales y de orden público.
No es desde
ningún punto de vista justificable que mientras el gobierno dicta medidas
extremas para criminalizar el ejercicio de la minería en favorecimiento de las
multinacionales, los nativos de los diferentes recursos mineros del país, que
por lo regular son gentes de muy limitados recursos económicos, vivan en medio
de la pobreza extrema y la frustración al ver que sus recursos naturales
adyacentes están afectados por toda una horda de mafias que sin ninguna
consideración por el medio ambiente y el más mínimo respeto por la dignidad y
la salud de sus moradores cometen los más denigrantes atropellos.
Según estudios
recientemente realizados por investigadores expertos en el tema, las
multinacionales que en los últimos dos años se han dedicado a la explotación de
yacimientos auríferos y mineros en Colombia, han triplicado sus capitales,
gracias a la medida de contención dictada por el gobierno para criminalizar el
ejercicio de la minería artesanal.
Lo más
preocupante es que las normas que regulan esta materia tratan por igual al más
humilde minero artesanal y a las poderosas multinacionales, que en un abrir y
cerrar de ojos obtienen sus licencias sin el más mínimo problema. Son cientos
las solicitudes de los mineros artesanales que se encuentran represadas, puesto
que la ley se hizo únicamente para que los potentados puedan cumplirla.
Valdría la pena
que, el Ministerio de Minas y Energía, revisará todos estos casos de injusticia
social y de clara violación a los más elementales derechos humanos, que se
están cometiendo con los pequeños y medianos mineros de nuestro país. Todos
sabemos que después del carbón, el níquel y el oro son los recursos mineros que
más aportan regalías, pero lamentablemente también están contribuyendo a la
peor desgracia de miles y miles de familias.
La minería en
Colombia que reporta el 2.4 % del total de nuestra economía se encuentra en una
encrucijada: por su desorganización y la continua persecución del gobierno a
los artesanales, ha dado pie para que
sector tan importante de nuestra economía esté camino a convertirse en un
paraíso de lavado de activos. Esto podría suceder ya que el 25 % del capital de
este delito es proveniente de la minería, según investigaciones reveladas por
fuentes oficiales.
De no tomarse
medidas efectivas para reorganizarla, seguiremos viendo un sainete de pobreza
extrema de los habitantes de los yacimientos, la destrucción medio ambiental y
el desarrollo del crimen organizado, manejado por mafias tan poderosas que no
dan el brazo a torcer, puesto que es la oportunidad de pescar en río revuelto y
hacer lavado de activos por más de 10 billones de pesos anuales.
2. Colombia, segundo país con más conflictos ecológicos según mapa global
India es el primero con 112 casos, según el recién creado Atlas Global
de Justicia Ambiental. Colombia, segundo
país con más conflictos ecológicos según mapa global. Investigadores del
Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental (ICTA) de la Universidad Autónoma
de Barcelona (UAB) coordinaron la creación del primer Atlas Global de Justicia
Ambiental, que busca hacer visibles los casos de conflictividad socioambiental
que se desarrollan en todo el mundo.
En el mapa, Colombia figura en el segundo lugar en la clasificación por
países con 72 casos, sólo por debajo de India que registró 112 conflictos. Sin
embargo ocupa la primera posición en América Latina, que registró en total 300
casos. Otros países de la región documentados son Brasil (58), Ecuador (48),
Argentina (32), Perú (31) y Chile (30).
Entre los principales hallazgos del mapa, la organización advierte que
cada vez son más los conflictos por el acceso de los recursos naturales. “El
Atlas muestra cómo los conflictos ecológicos están aumentando en todo el mundo,
por las demandas de materiales y energía de la población mundial de clase media
y alta”, comenta el catedrático de la UAB Joan Martínez Alier, director del
proyecto EJOLT.
Para la selección de los casos, la iniciativa contó con la participación
de 23 universidades y organizaciones de justicia ambiental de 18 países. Esta
base de datos clasifica en 10 problemáticas principales (extracción minera,
gestión del gasto, conflictos por la tierra, conservación de la biodiversidad,
conflictos con la industria, turismo, gestión del agua, construcción,
infraestructura y medio ambiente, conflictos de energía nuclear, fósil y
biomasa) los conflictos en diferentes regiones del mundo. También permite
ubicar por países los conflictos documentados.
Leah Temper, investigadora del ICTA en UAB y coordinadora del Atlas,
asegura además que “el mapa muestra tendencias preocupantes como la impunidad
de las compañías que cometen delitos medioambientales o la persecución de los
defensores ambientales”. Sin embargo, la investigadora también advierte que hay
“esperanza”, al referirse a que en un 17 por ciento de los casos analizados
fueron considerados como victorias en materia de justicia ambiental. “Entre las
muchas historias de destrucción ambiental y de represión política también se
hallan casos de victorias en la justicia ambiental, casos donde se ganan los
juicios legales, proyectos que cancelan y los bienes comunes se retornan a la
comunidad”, explica.
Además, sostiene que movimientos sociales de justicia ambiental de base
en cada país resultan clave para conseguir que las formas de consumo y
producción sean más justas, equitativas y menos perjudiciales para el entorno.
Para el grupo de coordinadores, con este inventario de casos de conflicto se
facilitará la búsqueda de información, la interacción entre grupos de trabajo
afines y el aumento de la visibilidad de los conflictos. También se podrá
utilizar en el ámbito de la educación y para la defensa legal de casos.
El Atlas aspira alcanzar los 2.000 casos documentados en 2015. Este
proyecto hace parte de la iniciativa europea Environmental Justice
Organizations, Liabilities and Trade (Ejolt), que reúne a organizaciones
internacionales involucradas en la extracción de recursos naturales y se efecto
en los derechos humanos de las comunidades intervenidas por estas industrias.
Colombia, el más
afectado en América Latina
Según el mapa, la selección de los 72 casos tuvo en cuenta que buena
parte de los conflictos se ubican en las zonas más pobladas (Andina y Caribe),
en especial muchos en zonas de conservación. Además, que el sector extractivo
compuesto por la minería, la energía fósil y la biomasa explica gran número de
los conflictos. Entre estos se destacan la extracción de oro y carbón. Incluso,
los investigadores señalan que cerca de la mitad de las problemáticas están
relacionadas con estos dos recursos.
En el análisis, que también se encuentra en el mapa, se señala que estos
conflictos afectan a cerca de 79 millones de personas (siendo los campesinos,
la población urbana y los indígenas los más impactados) y se ubican en 25 mil
hectáreas del territorio nacional. Entre los conflictos descritos en el mapa se
encuentra la desviación del río Ranchería en la Guajira, la contaminación del
mar en Santa Marta por parte de la Drummond, la construcción de la
hidroeléctrica El Quimbo en Santander, las minas de Marmato en Caldas, entre
otros. Aquí encuentre los 72 casos reseñados.
Explotación petrolera
en el municipio de Acacias, Meta, Colombia
El conflicto socio-ambiental vivido en el municipio de Acacias debido a
la explotación y exploración petrolera se manifiesta en mayor medida en las
veredas La Esmeralda y Chichimene, en las cuales se han presentado las más
importantes manifestaciones de la comunidad en contra de la contaminación del
agua debido a la operación de las estaciones Castilla-Chichimene, del bloque
petrolero Cubarral y el nuevo bloque adjudicado CPO9, ambos propiedad de la
empresa colombiana ECOPETROL.
En primer lugar, las comunidades de La Esmeralda denuncian que la
llegada de las actividades de explotación petrolera dejó inservibles 38
jagüeyes o pozos profundos -forma en la que tradicionalmente los pobladores se
han garantizado el acceso al agua- que tenían en sus casas, debido a la
contaminación con sustancias asociadas a la extracción de hidrocarburos. El
agua de estos pozos, que anteriormente era apta para el consumo humano, desde
el año 2011 presenta coloración oscura, mal olor y presencia de partículas.
La empresa Ecopetrol ha dicho que la contaminación de los aljibes se ha
ocasionado debido a que los acuíferos que los alimentan han sufrido una pérdida
de nivel, probablemente asociada a mayores consumos de la población y la
agroindustria. La población, organizaciones sociales y académicos aducen en
cambio, que el problema de contaminación radica en que existen pozos de estas
estaciones que han sido mal cementados en el proceso de cierre y por esto
permitieron la filtración de crudo hacia los acuíferos.
Se denunció también que la exploración sísmica con Sismigel -un
explosivo que detona la tierra cada 50 metros, cuyo poder puede perforar depósitos
de aguas subterráneas aunque no se necesita licencia ambiental para hacerlo-
realizada entre julio y agosto de 2011, fué la causante de la contaminación de
26 pozos más.
Lo cierto es que actualmente las familias de la vereda La Esmeralda para
poder tener agua potable, dependen de los carrotanques de Ecopetrol, que aunque
no ha admitido su responsabilidad, creó un programa de responsabilidad social
empresarial para llevar agua periódicamente a 34 familias y una escuela de la
vereda y representantes de la empresa han dicho que en uno o dos años
"serán beneficiados con un acueducto veredal", construcción que no se
ha iniciado hasta el momento.
Otra expresión del conflicto se encuentra en el tránsito del río Acacías
por esta misma vereda y también por la vereda Chichimene, donde se ha
denunciado por parte de las comunidades que los vertimientos instalados de la
operación de la estación Chichimene están dejando trazas de contaminación por
petróleo,al igual que en varios caños y quebradas que desembocan en este río,
donde se han presentado varios derrames en el último año. Los habitantes han
recogido muestras físicas y registradas en vídeos y fotografías, que las aguas
de estos vertimientos son de color negro y de textura espesa con altas
temperaturas; el lecho del vertimiento se observa de color negro al levantar
las piedras, las algas expelen un olor pútrido, y se han encontrado animales
muertos aparentemente intoxicados por petróleo.
Un estudio que hizo la multinacional Chevron antes de entregarle el campo
petrolero a Ecopetrol en 2001, había reportado la presencia de Bario – del cual
se dice que es el causante de el nacimiento de peces con ceguera y pérdida de
aletas y puede producir cáncer en los seres humanos- en las aguas cercanas a
estos vertimientos, hasta el momento Ecopetrol dice desconocer dichos estudios
y que en “la roca de donde se extrae el petróleo de estas estaciones no se
encuentra Bario” y por lo tanto, no ha implementado medidas para controlar la
presencia de este elemento en las aguas.
Las comunidades se han manifestado de diferentes formas en contra de
estos impactos ambientales y sociales, radicando y recogiendo apelaciones
colectivas e individuales, impidiendo también en varias ocasiones, la entrada
de taladros a nuevos pozos, como durante el paro realizado en enero de 2013, en
reclamo a los impactos en el agua y las reformas a las formas de contratación
entre la empresa y las comunidades, lo que terminó en fuertes enfrentamientos
con la fuerza pública. Se han articulado también a espacios regionales de
reivindicación y negociación como la Mesa Hídrica del Piedemonte Llanero. En
2013 y 2014 las comunidades de estas veredas se sumaron a las marchas
realizadas en todo el departamento del Meta en defensa del agua.
La ANLA, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y
Corporinoquía han respondido que en algunos puntos se podría estar cometiendo
una infracción ambiental que siguen revisando y que están elaborando un
concepto técnico antes de pronunciarse.
Ver el mapa en enlace sugerido: http://ejatlas.org/conflict/explotacion-petrolera-en-el-municipio-de-acacias-meta
3. Dos miradas a la minería[2]
Entrevistas con el holandés Gunter
Pauli y el catalán Joan Martínez
Alier. El primero defiende el concepto de explotación minera sostenible,
mientras que Alier cree que es mejor dejar los recursos bajo el suelo. La
última semana coincidieron en Colombia dos expertos internacionales que conocen
de cerca el propósito del actual gobierno para hacer de la minería su
locomotora económica. Dos reconocidos economistas que tienen visiones
diferentes, y a veces opuestas, sobre la manera en la que el país debería
manejar la explotación de sus recursos.
Por un lado, el economista catalán Joan Martínez Alier asegura que en
Colombia existe “una obsesión por la locomotora minera sin contar los costos
sociales y los costos ambientales”, lo que no sólo está causando daños
“irreparables” a los ecosistemas sino que no representa el crecimiento
económico que se anuncia. Al otro lado de la balanza está el economista
holandés Gunter Pauli, quien trajo al país el concepto de minería sostenible.
Su pensamiento es que “no hay que dejar de explotar minerales, pero la mina tiene
que generar valor agregado más allá de la mina”, y su propuesta contempla un
modelo de mina que produce agua y elimina desechos y contaminantes. Dos
visiones de la minería en momentos en que se revive en el país el debate sobre
la conveniencia de esta actividad, luego de que la Drummond fuera sancionada
por el vertimiento de carbón en el mar de Santa Marta y de que los trabajadores
del Cerrejón se declararan en huelga por sus condiciones laborales y de
salubridad.
‘Colombia no va por
buen camino’: Joan Martínez Alier
Joan Martínez Alier conoce de cerca los conflictos ambientales de la
India. Ha escuchado a los grupos indígenas de Perú que se oponen a la minería,
a los de Ecuador que rechazan la extracción de petróleo en el Parque Nacional
Yasuní. También a los campesinos de Cajamarca, Tolima, que están en contra de
la minería de oro en sus territorios y, en general, a cientos de movimientos en
el mundo afectados por la extracción de sus recursos por cuenta del crecimiento
económico.
No es gratuito que a la hora de hablar de economía ecológica o de
economía popular su nombre sea un referente obligado a nivel mundial. Este
catalán ha publicado 20 libros en los que analiza estos fenómenos. La semana
pasada estuvo de visita en el país y habló con El Espectador.
En Colombia se han
otorgado cerca de 14.000 títulos mineros. ¿Por qué ha crecido el interés de
empresas extranjeras por explotar recursos en el país? Es una situación que se repite, no
sólo en América Latina sino en otras regiones del mundo, como África. Cuando la
economía mundial crece —y todavía está creciendo— gasta más energía y más
recursos, y los va a buscar a donde sea. Por ejemplo: se saca petróleo de los
sitios en los que menos se debería sacar, como en la Amazonia. Nunca ha habido
tanto comercio de materias primas del sur hacia el norte como ahora. En la
época colonial tenían embarcaciones pequeñas y enviaban minerales, pero ahora
hay barcos de petróleo y de carbón moviéndose todo el tiempo.
¿Eso explica el
aumento de movimientos sociales en contra de estos proyectos? Hace diez años los indígenas uwa
estaban defendiendo su territorio contra la Occidental Petroleum Corporation y
los embera katío contra la represa de Urrá. En el Pacífico la gente estaba
protestando por los cultivos de palma de aceite. Sólo en Colombia habrá cien
conflictos ambientales activos. Sin embargo, es cierto que ahora se están
discutiendo más estos asuntos, quizá porque la situación política es más
pacífica. No se puede olvidar que, en Colombia, los temas ambientales han estado
relacionados con el conflicto armado.
¿Cómo ve la decisión
del Gobierno de impulsar una locomotora minera? Es una mala política porque puede que la
economía crezca, pero al ambiente le va muy mal. Si se hiciera bien la
contabilidad y se tuvieran en cuenta los daños ambientales irreparables por la
extracción, el PIB no estaría creciendo el 5%, como dicen, sino que quizá está
decreciendo. Aunque es cierto que la locomotora no va tan de prisa porque la
gente protesta, en algunas zonas ya estaba avanzando aun antes del gobierno del
presidente Santos. Colombia es un gran exportador de carbón, de más de 70
millones de toneladas al año, y se está impulsando la extracción de oro.
Pero esa locomotora
está pensada para impulsar la economía del país...
En términos económicos, el país exporta barato y compra caro. ¿Para qué
destrozar el ambiente, generar pérdidas en la biodiversidad y el agua, y
perjudicar a las comunidades si al fin y al cabo se va a vender materia prima
barata? En estas condiciones, creo que Colombia no va por buen camino. A las
compañías las entusiasma llegar a un lugar que va a ser un proveedor barato de
materias primas. Siempre hablan de compensar las externalidades, pero no lo
hacen. A mí no me parece muy sofisticado eso como política. No creo que, por
ejemplo, la explotación de carbón enriquezca a Colombia. Desde luego, las zonas
de extracción se empobrecen, se destrozan. Habría que preguntarse cuál es el
beneficio que le queda al país. Hay una obsesión por esta locomotora minera sin
contar los costos sociales y ambientales.
El presidente Santos declaró 17 millones de hectáreas de la Amazonia y
de la Orinoquia como zonas de minería estratégica. ¿Cree que es la mejor manera de evitar la minería ilegal en la zona,
como lo propone el mandatario? Parece que cuanto más modernos somos, más
simplificamos la geografía. Entramos en un momento en el que predomina un solo
lenguaje, que es el de la económica, y se olvidan, por ejemplo, la riqueza de
idiomas y la diversidad biológica y cultural de estas zonas. Santos se imagina
a la Amazonia con una minería ordenada, con grandes empresas, pero la Amazonia
no es eso, no se puede simplificar así.
El Gobierno plantea
que la locomotora minera será una fuente de desarrollo para el país. ¿Es
posible pensar en desarrollo y conservación al mismo tiempo? Depende de lo que entendamos por
desarrollo. En Europa, por ejemplo, mucha gente se está preguntando para qué
vamos a crecer económicamente si eso nos lleva a costos ambientales muy grandes
y nos ha hecho endeudar de una manera terrible. En lo que se está pensando es
en una prosperidad sin crecimiento, olvidar el crecimiento económico y ver cómo
podemos vivir con lo que tenemos. Repartir mejor las cosas, vivir sin aspirar a
tener siempre más. Estas ideas son muy distintas a las de los economistas del
crecimiento económico perpetuo, que es imposible.
Varios expertos en
medio ambiente aseguran que es más rentable para el país dejar los recursos en
el subsuelo. ¿Comparte esta posición? En este momento es claro que estamos poniendo
demasiado dióxido de carbono en la atmósfera, estamos quemando demasiado
combustible fósil. La concentración de CO2 en la atmósfera, que era de 300
partes por millón, está llegando a 400 partes por millón. Sabemos que se debe
quemar menos petróleo, gas y carbón. Entonces, ¿dónde se deben dejar estos
recursos? En lugares que tengan mucho valor desde el punto de vista social,
cultural y ambiental. En el caso de Colombia, una buena idea sería dejar el
carbón en los páramos, para proteger el agua. Me parece razonable sacar
combustibles fósiles a un ritmo mucho más lento, pero el Gobierno está buscando
todo lo contrario.
El Gobierno acaba de
sancionar a la minera Drummond por arrojar carbón al mar de Santa Marta. ¿Cree
que el Estado está asumiendo una posición distinta frente a los temas
ambientales? Yo
estuve un vez en Santa Marta y allá todos saben que hay contaminación por el
carbón; se ve la nube de carbón con el descargue en las barcazas. Pero hacía
falta que botaran el carbón al mar para que se hablara del asunto. La gran
catástrofe es que la contaminación está ocurriendo cada día y no se hace nada.
Parece que la reacción es tan lenta que sólo se aprende por catástrofes, y eso
es una lástima.
¿Lo que usted ha
denominado “ecología popular” o “ecología de los pobres” está teniendo más
fuerza hoy en el mundo? Hoy lo llamo movimiento de justicia ambiental. Cuando hay conflictos
ambientales, la gente pobre se pone del lado ambiental por razones de
supervivencia. Eso está ocurriendo en todo el mundo. Un caso es el de
Santurbán. Hay una fuerte resistencia. Buena parte de esta gente no diría que
es ecologista o ambientalista; es gente normal que protesta. Por ejemplo, en
Cajamarca la gente está manifestándose. Yo estuve en Tolima y es absurdo pensar
que allí la gente vive de la agricultura, pero el lugar se va a convertir en un
enorme hoyo de minería de oro, con Anglogold Ashanti a la cabeza, que es una
compañía con una mala reputación mundial, con malos antecedentes.
Es posible la minería
sostenible’: Gunter Pauli
Los mineros tienen que aprender a trabajar como los cirujanos, con mucha
precisión y sin dejar tantas secuelas”. Gunter Pauli es holandés de nacimiento,
pero gran parte de su vida la ha pasado entre Japón y Sudáfrica. A Colombia
—país de origen de su esposa— ha venido más de 200 veces y la semana pasada
llegó por invitación de la Biblioteca Luis Ángel Arango para proponer un
proyecto que, según él, convertirá la minería en proveedora de agua y de empleo
para los campesinos de las regiones. Con su libro Economía azul, este
economista sugiere que las crisis pueden resolverse por medio de los recursos
de la naturaleza. La clave, según él, está en buscarles un valor agregado para
que haya más empleo y capital. Destaca que dentro de sus principales logros
está haber puesto a producir electricidad, carbón e hidrógeno de viejas minas
europeas que llevaban décadas clausuradas y sin recursos.
Está en Colombia para
proponer un proyecto de minería sostenible, ¿de qué se trata? Me di cuenta de que Colombia está
sufriendo del mal holandés: gracias al éxito de la minería, de sus
exportaciones, tiene una revaluación de su peso y la industria agropecuaria y
textil han perdido competitividad. Por eso pensé que tenemos que cambiar el
modelo de negocios de la mina, porque si sigue así van a tener una
desindustrialización.
¿Cuál modelo propone? La propuesta concreta es que la mina
de Cajamarca, en Tolima, siembre 20.000 hectáreas de guadua, que se quiten las
especies exóticas y se restablezca la vegetación tradicional. Hemos calculado
que con esas hectáreas la mina tendría el doble de agua que necesita y la
tendría para siempre. No hay que dejar de exportar minerales, pero la mina
tiene que generar valor agregado más allá de la mina.
En este caso, ¿cuál
sería ese valor agregado? Cuando en tres años ya tienes un guadual, vas a obtener postes de 25
metros que necesitan los frijoleros de la zona para poner sus fríjoles. La
guadua también se podría usar para viviendas de interés social. Con lo que
sobre se puede hacer pulpa de papel. Además, los desechos de la mina podrán
producir material de construcción, ya tenemos una alianza con Cemex.
¿Ya ha realizado la
propuesta a empresas mineras? Tengo un acuerdo con Anglo Gold Ashanti y ya van a financiar las
primeras 100 hectáreas de guadua para probar que el modelo funcione en Tolima.
Usted habla de un
concepto de minería sostenible... Minería sostenible, social, proveedora de agua, catalizadora de
desarrollo económico. Explíquenos bien el término... Se trata de aprovechar
todo. La mina pasa de ser un excavador de mineral a un catalizador del
desarrollo económico. La mina tiene que convertirse de la misma manera como el
cirujano lo ha hecho: hace 30 años, cuando tenías apendicitis, te quedaba una
cicatriz enorme, ahora es pequeñísima. Los mineros tienen que aprender a
trabajar como los cirujanos, con mucha precisión y sin dejar tantas secuelas.
¿Cuál debería ser la
metodología para la extracción de minerales sin causar tantos impactos? Debe ser subterránea, sin tocar la
superficie.
Algunos expertos colombianos creen que es más rentable dejar los
recursos mineros en el suelo y no extraerlos, ¿cuál es su posición? Soy
partidario de la lógica inclusiva. Es decir, seguramente hay situaciones como
las de los páramos que no tiene sentido molestarlos, porque su función es tan
crítica que no puedes tocarlos. Pero cuando estoy en Tolima, en una zona donde
el terreno es pobre, donde el campesino no tiene la capa vegetal para el
futuro, ni el agua, entonces sí hay que hacerlo. No hay negro ni blanco, hay situaciones
donde vale la pena y otras en las que no se puede hacer.
Por ejemplo, en junio del año pasado, el Gobierno declaró como áreas
estratégicas mineras 17 millones de hectáreas entre Amazonas y Orinoquia, ¿Ahí vale la pena la minería? Se tienen
que respetar sitios sagrados indígenas y áreas de reserva campesina. Pero los
otros que sí están disponibles son tan importantes y con tanta promesa que no
podemos castigarlos a ellos porque no se puede al otro lado.
¿Qué áreas ve como
potenciales para la minería en Colombia? Es más fácil decir dónde no es factible: en
páramos, en zonas sagradas de los indígenas. Pero el resto, miremos caso por
caso el impacto positivo que se puede tener.
¿Amazonas, por
ejemplo? No conozco
ningún caso y tampoco lo he estudiado, no digo que es imposible, pero tampoco
que es fácil.
El año pasado cerramos
con un movimiento social muy fuerte que rechaza la minería, ¿significa entonces
que ellos están equivocados? No, para nada. Como ellos, estoy en contra de la extracción salvaje como
muchos empresarios lo han hecho. Decir “no” tiene razón, pero decir que hay
otra opción para la minería vale la pena.
Colombia es un país de
vocación agraria, ¿cómo cambiar ese chip de que ahora podríamos ser el país
minero? No,
Colombia tiene que conservar su vocación agraria. No tiene sentido convertirse
en el país minero. Lo que necesitamos es que este sector no impida por razones
macroeconómicas perder al sector agrícola.
¿Qué va a pasar con
los mineros artesanales? Tenemos que integrarlos, no eliminarlos. Ellos son necesarios. Lo único
es que deben dejar de usar el mercurio. El problema de la minería artesanal es
que no ha tenido acceso a las tecnologías.
¿Qué es el progreso
para usted? Que la
gente sea feliz.
[1] http://www.semana.com/opinion/articulo/mineria-en-colombia-opinion-de-uriel-ortiz/371828-3. Publicado en 2014/01/25.
Consultado en agosto2016.
[2] http://www.elespectador.com/noticias/temadeldia/dos-miradas-mineria-articulo-404061
El espectador. Fecha de publicación. 10 febrero del 2013. Consultado en agosto del 2016.
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