Actividades escolares desarrolladas dentro del PRAE Caldista

domingo, 26 de noviembre de 2017

Compromiso ambiental Caldista PRAE 2016

Fecha :
 25 de Agosto del 2016
Titulo del proyecto: 
PRAE Compromiso ambiental Caldista
Integrantes docentes comisión proyecto PRAE, de las sede: Bachillerato jornada mañana.
 Clara Inés Sierra Ortega, Camilo Caamaño Contreras, Álvaro Ramírez., Norcy Gutiérrez Cruz. J.m.


Resumen

El colegio Caldas sede bachillerato percibe en su entorno problemas como: contaminación sonora,  fumadores de tabaco y drogas ilícitas, automóviles de acarreos que invaden las zonas de paradero de las rutas escolares y desperdicios y heces fecales que dejan los mendigos.  En el interior del colegio se ha distinguido una aguda situación en relación al mal manejo de residuos sólidos de los empaques de polietileno, envases de plástico, vidrio y papel por parte de los estudiantes, situación que se trabajó con atención este año.

Además de ello nuestra comunidad se enfrenta hoy en día a la  más grave crisis ambiental en la historia de la humanidad: calentamiento global, pérdida de la biodiversidad, contaminación de aire, agua y suelo, cambio climático mundial, desertización y otros complejos problemas que afectan el medio ambiente (generación de desechos tóxicos, uso de energías contaminantes, sobreexplotación de recursos no renovables, entre otros). Estos problemas parecen ser formas irreversibles de la destrucción de la naturaleza y aunque tienen su origen de fondo en los modelos de desarrollo progresista de las modernas sociedades occidentales, son también consecuencia de acciones y actitudes personales irresponsables.

El proyecto PRAE  2016 Compromiso ambiental Caldista, ha generado espacios de Sensibilizando  a la comunidad Educativa sobre la importancia de la problemática ambiental en zonas de conservación y en el entorno, generando cambios de actitud positiva hacia la naturaleza y preservación, despertando valores en los alumnos, tales como: tolerancia, colaboración, respeto por la naturaleza, trabajo en equipo entre otros. Con los proyectos: Celebración día de la tierra y el agua (sensibilización de la problemática de los ecosistemas con énfasis en la zona de la Macarena, conferencia parques Nacionales), El valor de la paz y el medio ambiente (Lectura reflexivas de la contaminación minera en el país y el petróleo en Casanare y Acacias, ejercicios de respiración para sentirnos parte de la Naturaleza, conferencia parques Nacionales), espacios limpios y mimos ecológicos.

Metodología

Participativa colaborativa; de los docentes de grupo proyecto PRAE bachillerato jornada dela mañana. Se han  liderado las actividades, la; programación, la motivación, la consecución de recursos, el desarrollo de cada actividad y la evaluación de las mismas, todos los docentes del colegio asisten a las actividades programadas acorde al horario y programación establecidos.

Cada subproyecto requiere reunión previa con lluvia de ideas, redacción del proyecto, consecución de recursos o uno o más integrantes proponen una idea y sobre ello se trabaja, hasta organizarlo.

Los estudiantes; han  colaborado  con recursos financieros y en especie, responden a la motivación y  participan de cada actividad programada.

Las directivas; han revisado y aprobado los proyectos y garantizando la logística  según disposición del colegio.

Administrativos; preparan la logística.


Cronograma de actividades realizadas 2016

Actividad
Evento
Fecha
Responsables
Elaboración del proyecto
Reunión de la comisión
Proyecto PRAE.

Enero a Abril   del 2016
Comisión proyecto PRAE.
Entrega y aprobación del proyecto
Redacción. Impresión, entrega.
Abril del 2016
Lic. Carlos Camilo Camaño.

Rector; Lic. Henry Santiago.

Proyecto del agua y tierra
1. La conferencia realizada por  el Técnico; Wilson Villalba Torres de parques Nacionales, Ecosistemas y problemática ambiental

2. Reflexión sobre la problemática ambiental de la macarena Explotación del petróleo y la licencia ambiental. En clase con lectura análisis de la problemática. Lectura; Diversas opiniones, para reflexionar. El polémico comunicado de la ANLA


 3. Sensibilización grados 10 y 11 a grados 6 a 9.

4.  Motivar la participación de los miembros de la comunidad Caldista, en las estrategias del cuidado y la conservación del agua.

5. Concurso de pintura sobre la problemática ambiental que afecta el agua y la tierra.












14, 15, 18 de Abril.


18,19,
20, 21 de abril








22 de abril







22 de abril












Ing. Clara Inés Sierra.
Colaboración todos docentes  pasantes.



Profesores sociales y Cnat.






Comisión PRAE.
Lic. Camaño Carlos, Álvaro Ramírez, Clara Sierra, Norcy Gutiérrez.










El valor de la paz y el medio ambiente
1. Realizar actividades que permitan el desarrollo de la sensibilidad con conocimiento   de las problemáticas ambientales y la riqueza de los ecosistemas de Colombia.

1.1. Conferencia técnico Wilson Villalba de parques nacionales.

1.2. Análisis reflexivo lecturas.

1.2.1 ¿Qué pasa con la minería en Colombia?
1.2.2. Colombia, segundo país con más conflictos ecológicos según mapa global.
1.2.3. Dos miradas a la minería en Colombia,
1.2.4. Problemática  ambiental en el Ariari y Acacias.

2. El valor de la Paz interior del ser, como eje central en el desarrollo de las emociones, que permitan sentir al estudiante que es parte de su entorno de la madre Naturaleza.



Ing. Clara Inés Sierra Ortega.


Docentes pasantes.



Lecturas recopiladas por Clara Sierra



Docentes CNat. y Ciencias sociales


Ing. Clara Sierra.





Espacios limpios
El Valor de la paz


Lic. Álvaro Ramírez Hernández,
Lic. Jackeline Beltrán.


Todos los Docentes



Anexos:
Objetivo: Concientizar a los estudiantes de la básica en el cuidado de los ecosistemas y a los estudiantes de la media académica en el valor de la biodiversidad y su conservación. Conferencia con Wilson Villalba. Lugar Biblioteca

Actividad PRAE
Fecha
Hora
Curso
Responsable
Jueves 14 – 04 -2016
1
601
Clara Inés Sierra
Jueves 14 – 04 – 2016
2
602
Clara Inés Sierra
Jueves 14 -04 - 2016
3
603
Clara Inés Sierra
Jueves 14 -04 - 2016
4
701
Luis Alfonso Castañeda
Jueves 14 –04 -2016
5
702
Claudia Corchuelo
Jueves 14 – 04 - 2016
6
703
Jorge Adelmo Rey
Viernes 15 – 04 - 2016
1
801
Celina Elsy Montero
Viernes 15 – 04 - 2016
2
802
Lucy María Silva
Viernes 15 – 04 - 2016
3
803
Joel Gómez Bohórquez
Viernes 15 – 04 - 2016
4
901
Clara Inés Sierra
Viernes 15 – 04 - 2016
5
902
Clara Inés Sierra
Viernes 15 – 04 - 2016
6
903
Maritza Porras Alvarez
Lunes 18 – 04 - 2016
1
1001
Norcy Gutiérrez Cruz
Lunes 18 -04 -2016
2
1002
Henry Ovalle Fandiño
Lunes 18 -04 -2016
3
1003
José Vicente Gómez
Lunes – 18 -04 -2016
4
1101
Sanabria Nohora Alicia
Lunes – 18 -04 -2016
5
1102
José Vicente Gómez
Lunes – 18 -04 -16
6
1103
Celina Elsy Montero

Fotos Conferencia



Fotos Trabajo en clase 




Fotos cortesía Clara sierra



Diversas opiniones, para reflexionar

El polémico comunicado de la ANLA

“La Autoridad Nacional de Licencias Ambientales (ANLA), a través de la Resolución 286 del 18 de marzo de 2016, otorgó Licencia Ambiental para el proyecto denominado ‘Área de Interés de Perforación Exploratoria Serranía’, localizado en los municipios de La Macarena en el departamento del Meta y San Vicente del Caguán en el departamento del Caquetá.

En principio, el área del bloque inicial otorgado por la Agencia Nacional de Hidrocarburos tenía una extensión de 34.649 hectáreas, de las cuales fueron licenciadas por esta autoridad 30.887 hectáreas dada la importancia ambiental de la zona. Luego de un riguroso análisis técnico, y teniendo en cuenta las recomendaciones de Parques Nacionales Naturales, y los resultados de la Audiencia Pública Ambiental celebrada el 30 de abril de 2015 en el municipio de La Macarena,  la ANLA consideró que solamente el 43% del área total solicitada en la licencia podía ser utilizada para el desarrollo del proyecto.

El proyecto contempla la exclusión de zonas ambientalmente sensibles tales como ríos, lagos, lagunas y ciénagas; coberturas vegetales de bosques abiertos y de galería; asentamientos nucleados y sitios de interés paisajístico, entre otros. En los mencionados ecosistemas estratégicos y zonas socialmente sensibles NO se podrá realizar ninguna actividad de exploración de hidrocarburos. Cabe resaltar que el área de exploración se encuentra localizada a 68 kilómetros en línea recta de Caño Cristales, a 23 kilómetros del río Guayabero y 48 kilómetros del río Duda, y en cuencas hidrográficas diferentes a la zona del proyecto; por lo que no existe la posibilidad de que se afecten dichos cuerpos de agua, y mucho menos los Parques Nacionales Naturales de Tinigua, Sierra de La Macarena y Cordillera los Picachos, así como ningún área protegida localizada cerca al proyecto.

Exploración petrolera en la Macarena

El alcalde del municipio de La Macarena, Ismael Medellín, rechazó la licencia ambiental otorgada por la ANLA y aseguró que los habitantes de su municipio no están de acuerdo con la perforación petrolera que autorizó el Gobierno. “El año pasado se hizo una convocatoria pública y se manifestó un NO a la perforación de La Macarena, Cormacarena dio un concepto negativo y no fue tenido en cuenta (…) el señor dela ANLA dice que cómo era una administración nueva no tenía conocimiento, ellos lo saben, lo que pasa es que quieren decirle al país que La Macarena no está de acuerdo”, dijo Medellín.

El jefe del municipio, señaló que si bien las perforaciones no se van a hacer directamente en Caño Cristales, si se harán en la cabecera de los municipios donde nacen los ríos que irrigan a La Macarena y cuyas aguas llegan hasta el Orinoco. “Nuestra preocupación es grandísima porque se ha autorizado la licencia, cobija toda la zona de los ríos que llegan a La Macarena, rio Lozada y el rio Guayabero, nuestra preocupación es porque se va a hacer en la parte de arriba de La Macarena, están atentando contra el parque de la serranía de La Macarena”, agregó. (Lea también: ANLA promete que exploración petrolera en La Macarena no afectará Caño Cristales).

Medellín cuestionó el hecho de permitir la perforación de 150 pozos de explotación petrolera si, según él, cuando los visitantes llegan al parque ni siquiera se les permite entrar repelente ni bloqueadores solares. Así mismo, indicó que es contradictorio que en este momento se tenga detenido un proyecto de instalación de dos antenas de 5 metros de altura para llevar internet a los colegios por que contamina el ambiente, y que al mismo tiempo se autorice la exploración petrolera en la zona.



La Macarena se opone a la explotación petrolera

Colombia está estrenando una nueva serie de billetes. El de $2.000 que de ahora en adelante cargarán los colombianos en sus carteras y bolsillos, es un homenaje a uno de los rincones ecológicos más emblemáticos del país: Caño Cristales, el río de los cinco colores. Paradójicamente, casi al tiempo que se estrena el nuevo papel moneda, la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) decidió otorgar permisos de explotación a una empresa de hidrocarburos a 67 kilómetros del majestuoso río. Hace cuatro años los ingenieros de la empresa Hupecol Operating llegaron a la región que abarca el municipio de La Macarena, uno de los más afectados por la violencia en las últimas décadas, para iniciar la fase de exploración petrolera. Una vez confirmaron la factibilidad del proyecto a unos 30 kilómetros del casco urbano, iniciaron el trámite para comenzar la segunda fase: la explotación de unos 150 pozos.

El pasado 18 de marzo, el director de la ANLA, Fernando Iregui, firmó la resolución 0286, en la que autorizó a la empresa a seguir adelante con sus planes. Los habitantes y líderes del municipio, en el que viven alrededor de 30.000 personas, se sintieron traicionados. Y, por supuesto, preocupados por el destino que les aguarda. Desde que la violencia comenzó a amainar en la zona y los turistas perdieron el miedo para visitar este glamuroso rincón natural de Colombia, entendieron que el ecoturismo y un desarrollo sostenible eran la mejor opción para todos.

Dos parques nacionales han sido declarados en la zona: Sierra de La Macarena y Tinigua. Caño Cristales es apenas una de la joyas de la región. Allí también están Salto Canoas, Caño Piedra, El Raudal, Caño Temblón, el Salto del Gato. Este gran ecosistema fue uno de los sitios elegidos por los productores de la película Magia salvaje.

Hace un año, el 15 de mayo de 2015, ante el deseo de la empresa de instalarse en la región, los líderes políticos del municipio convocaron a un cabildo abierto para discutir el tema. Más de 3.000 personas, según lo recuerda Pedro Rocha, presidente del Concejo Municipal, asistieron al evento y se manifestaron en contra de la explotación petrolera en la zona. Sabían que estaba en riesgo la apuesta por el turismo comunitario y un desarrollo sostenible.

En el municipio, al menos 500 familias dependen económicamente de esta actividad, unos 120 jóvenes y adultos trabajan como guías turísticos, existen dos asociaciones de canoeros, otras dos de transportadores, se han creado agencias de viajes locales. “Es un trabajo que hemos hecho de manera social y sostenible”, dice Rocha, quien viajó esta semana a Bogotá junto al alcalde de La Macarena, Ismael Medellín, y otros líderes para denunciar ante el Congreso de la República lo que está ocurriendo.

Además del cabildo abierto, el 4 de julio del año pasado se realizó una audiencia pública sobre el tema. Una vez más los habitantes expresaron su rechazo al proyecto petrolero. Su mayor temor es que se afecten las fuentes hídricas. El alcalde de La Macarena asegura que el proyecto está muy cerca del nacimiento de varias fuentes hídricas, como los ríos Guayabero, Duda y Lozada. “La ANLA pasó por encima de esas decisiones del pueblo –dice Rocha–, hemos visto que en Putumayo y parte del Meta los petroleros sólo han dejado ruinas. No hay ejemplo de que esto genere algo positivo. Además, los estudios ambientales los hacen las empresas petroleras. Entonces siempre van a su acomodo”.

Ayer, los representantes de La Macarena volvieron a expresar su desacuerdo en el Congreso de la República. En redes sociales el tema se convirtió en una tendencia nacional (ver recuadro). Iregui, director de la ANLA, convocó una rueda de prensa en la que expuso su punto de vista. Primero indicó que “Hupecol había solicitado 34.649 hectáreas y se licenciaron 30.874”. Segundo, el funcionario puntualizó que Caño Cristales está a 68 kilómetros de la zona concesionada, el río Guayabero a 23 kilómetros y el río Duda a 48 kilómetros. Aclaró que la cuenca hidrográfica en la zona licenciada es diferente de la de Caño Cristales, que desembocaría en el Lozada y no al revés.

Reconoció que la distancia entre el bloque licenciado a Hupercol y el PNN Tinigua es de apenas 2,5 kilómetros. Una distancia bastante preocupante si se piensa que más allá de los parques naturales existen zonas de amortiguación que exigen un manejo especial. Iregui también reconoció que el lindero sur del bloque licenciado sí toca el río Lozada, una de las preocupaciones de los habitantes que dependen de estas fuentes hídricas. Aunque insistió en que “no ofrece ningún peligro al río”.
El concejal Rocha recordó que desde hace varios años son una comunidad que está luchando para impulsar el ecoturismo. “Los que visitan este paraíso no se pueden echar desodorante ni aerosoles”, recordó, y añadió: “este lugar es oportunidad para que nuestros hijos construyan paz y armonía con ingresos económicos. En este paraíso siempre hemos buscado y seguiremos buscando que sea patrimonio natural”.

FARC cuestionan la licencia petrolera dada en zona turística de La Macarena y Caño Cristales

La guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer se preguntó "por qué y para qué quiere la paz" el presidente, y "para beneficio de quién".Las FARC cuestionaron hoy la polémica licencia de explotación petrolera concedida por la Agencia Nacional de Licencias Ambientales (ANLA) en cercanías a la serranía de La Macarena y Caño Cristales, uno de los sitios turísticos más reconocidos de Colombia.

En un mensaje en su cuenta de Twitter, la guerrillera holandesa Tanja Nijmeijer se preguntó en alusión a este asunto "por qué y para qué quiere la paz" el presidente, Juan Manuel Santos, y "para beneficio de quién".

La declaración de Nijmeijer, acompañada de la etiqueta "#CañoCristalesNoSeToca" y un plano de la zona, ha sido destacada por las FARC en la red social como su reacción ante la concesión de la licencia, uno de los temas más comentados desde ayer en las redes sociales, que ha generado una polémica en el país.

Por su parte, la ANLA ha asegurado que ese permiso, que autoriza la explotación en cerca de 150 puntos en un área de 30.887 hectáreas a la empresa Hupecol, "no afectará ambientalmente ningún Parque Nacional Natural", como es la sierra de La Macarena, "o sitios de interés turístico y ecológico".

En esa zona se encuentra Caño Cristales, una maravilla natural también conocido como "el río de los siete colores", por las algas multicolores que crecen en su lecho, o también llamado "el río más bonito del mundo". El proyecto, explicó la ANLA, está localizado en los municipios de La Macarena en el departamento del Meta y San Vicente del Caguán (Caquetá), en el sur del país. La serranía de La Macarena y sobre todo Caño Cristales han sido promocionados intensamente en los últimos tiempos, pues se espera que en la zona aumente considerablemente el número de visitantes una vez se alcance la paz con las FARC….

Enlaces consultados:

Fotos sensibilización grado 10 a grados 6-7


Fotos Concurso de pintura













Lecturas Recopilación  por; Clara Inés Sierra

1. ¿Qué pasa con la minería en Colombia?[1]
El gobierno, por congraciarse con las multinacionales, está violando los más elementales derechos de los pequeños y medianos mineros. La minería en Colombia no es más que el paraíso de las multinacionales mineras, que operan sin ninguna consideración, por la minería ancestral y artesanal de la cual derivan su sustento miles de compatriotas.
Es una desgracia para nuestro país que las multinacionales, en medio de su arrogancia y poder económico, tiendan barreras con el aval del gobierno para impedir su ejercicio artesanal, actividad de la cual derivan su sustento miles de compatriotas desde hace varios siglos. Es perfectamente entendible que hay que cumplir con las normas medio ambientales para ejercerla. Sin embargo, de la norma legal a la criminalidad con graves señalamientos de delincuencia organizada, hay mucho trecho y vergonzoso abuso de autoridad.
Esta suspicacia alcanza a verse a simple vista, cuando observamos, que el manejo político y el poder económico se disfrazan de autoridad con prepotencia de hacer cumplir la ley. Tal el caso del Páramo de Santurbán, de Unión Matoso, el pueblo más miserable de Colombia donde existe la “majestad” de la mina de níquel de Cerro Matoso, un potencial económico que si algunas obras de infraestructura ha realizado en la región, no se compadece con las inmensas millonadas de regalías a que tienen derecho sus habitantes.
Pero, lo más desastroso está por ocurrir en la Guajira, cuando están por desviar el cauce del río Ranchería, para dar paso a la explotación minera. No les importa dejar sin agua a sus habitantes y a cambio les ofrecen la construcción de un campo de deportes. Pero, si nos detenemos en las minas de oro de Marmato en el departamento de Caldas, es otro drama que contar: nos damos cuenta de que sus moradores continúan viviendo en la más absoluta miseria. Su explotación les ha traído todo tipo de problemas sociales y de orden público.    
No es desde ningún punto de vista justificable que mientras el gobierno dicta medidas extremas para criminalizar el ejercicio de la minería en favorecimiento de las multinacionales, los nativos de los diferentes recursos mineros del país, que por lo regular son gentes de muy limitados recursos económicos, vivan en medio de la pobreza extrema y la frustración al ver que sus recursos naturales adyacentes están afectados por toda una horda de mafias que sin ninguna consideración por el medio ambiente y el más mínimo respeto por la dignidad y la salud de sus moradores cometen los más denigrantes atropellos.
Según estudios recientemente realizados por investigadores expertos en el tema, las multinacionales que en los últimos dos años se han dedicado a la explotación de yacimientos auríferos y mineros en Colombia, han triplicado sus capitales, gracias a la medida de contención dictada por el gobierno para criminalizar el ejercicio de la minería artesanal.
Lo más preocupante es que las normas que regulan esta materia tratan por igual al más humilde minero artesanal y a las poderosas multinacionales, que en un abrir y cerrar de ojos obtienen sus licencias sin el más mínimo problema. Son cientos las solicitudes de los mineros artesanales que se encuentran represadas, puesto que la ley se hizo únicamente para que los potentados puedan cumplirla.
Valdría la pena que, el Ministerio de Minas y Energía, revisará todos estos casos de injusticia social y de clara violación a los más elementales derechos humanos, que se están cometiendo con los pequeños y medianos mineros de nuestro país. Todos sabemos que después del carbón, el níquel y el oro son los recursos mineros que más aportan regalías, pero lamentablemente también están contribuyendo a la peor desgracia de miles y miles de familias.
La minería en Colombia que reporta el 2.4 % del total de nuestra economía se encuentra en una encrucijada: por su desorganización y la continua persecución del gobierno a los artesanales,  ha dado pie para que sector tan importante de nuestra economía esté camino a convertirse en un paraíso de lavado de activos. Esto podría suceder ya que el 25 % del capital de este delito es proveniente de la minería, según investigaciones reveladas por fuentes oficiales.
De no tomarse medidas efectivas para reorganizarla, seguiremos viendo un sainete de pobreza extrema de los habitantes de los yacimientos, la destrucción medio ambiental y el desarrollo del crimen organizado, manejado por mafias tan poderosas que no dan el brazo a torcer, puesto que es la oportunidad de pescar en río revuelto y hacer lavado de activos por más de 10 billones de pesos anuales.



2. Colombia, segundo país con más conflictos ecológicos según mapa global

India es el primero con 112 casos, según el recién creado Atlas Global de Justicia Ambiental.  Colombia, segundo país con más conflictos ecológicos según mapa global. Investigadores del Instituto de Ciencia y Tecnología Ambiental (ICTA) de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) coordinaron la creación del primer Atlas Global de Justicia Ambiental, que busca hacer visibles los casos de conflictividad socioambiental que se desarrollan en todo el mundo.
En el mapa, Colombia figura en el segundo lugar en la clasificación por países con 72 casos, sólo por debajo de India que registró 112 conflictos. Sin embargo ocupa la primera posición en América Latina, que registró en total 300 casos. Otros países de la región documentados son Brasil (58), Ecuador (48), Argentina (32), Perú (31) y Chile (30).
Entre los principales hallazgos del mapa, la organización advierte que cada vez son más los conflictos por el acceso de los recursos naturales. “El Atlas muestra cómo los conflictos ecológicos están aumentando en todo el mundo, por las demandas de materiales y energía de la población mundial de clase media y alta”, comenta el catedrático de la UAB Joan Martínez Alier, director del proyecto EJOLT.
Para la selección de los casos, la iniciativa contó con la participación de 23 universidades y organizaciones de justicia ambiental de 18 países. Esta base de datos clasifica en 10 problemáticas principales (extracción minera, gestión del gasto, conflictos por la tierra, conservación de la biodiversidad, conflictos con la industria, turismo, gestión del agua, construcción, infraestructura y medio ambiente, conflictos de energía nuclear, fósil y biomasa) los conflictos en diferentes regiones del mundo. También permite ubicar por países los conflictos documentados.
Leah Temper, investigadora del ICTA en UAB y coordinadora del Atlas, asegura además que “el mapa muestra tendencias preocupantes como la impunidad de las compañías que cometen delitos medioambientales o la persecución de los defensores ambientales”. Sin embargo, la investigadora también advierte que hay “esperanza”, al referirse a que en un 17 por ciento de los casos analizados fueron considerados como victorias en materia de justicia ambiental. “Entre las muchas historias de destrucción ambiental y de represión política también se hallan casos de victorias en la justicia ambiental, casos donde se ganan los juicios legales, proyectos que cancelan y los bienes comunes se retornan a la comunidad”, explica.
Además, sostiene que movimientos sociales de justicia ambiental de base en cada país resultan clave para conseguir que las formas de consumo y producción sean más justas, equitativas y menos perjudiciales para el entorno. Para el grupo de coordinadores, con este inventario de casos de conflicto se facilitará la búsqueda de información, la interacción entre grupos de trabajo afines y el aumento de la visibilidad de los conflictos. También se podrá utilizar en el ámbito de la educación y para la defensa legal de casos.
El Atlas aspira alcanzar los 2.000 casos documentados en 2015. Este proyecto hace parte de la iniciativa europea Environmental Justice Organizations, Liabilities and Trade (Ejolt), que reúne a organizaciones internacionales involucradas en la extracción de recursos naturales y se efecto en los derechos humanos de las comunidades intervenidas por estas industrias.
Colombia, el más afectado en América Latina
Según el mapa, la selección de los 72 casos tuvo en cuenta que buena parte de los conflictos se ubican en las zonas más pobladas (Andina y Caribe), en especial muchos en zonas de conservación. Además, que el sector extractivo compuesto por la minería, la energía fósil y la biomasa explica gran número de los conflictos. Entre estos se destacan la extracción de oro y carbón. Incluso, los investigadores señalan que cerca de la mitad de las problemáticas están relacionadas con estos dos recursos.

En el análisis, que también se encuentra en el mapa, se señala que estos conflictos afectan a cerca de 79 millones de personas (siendo los campesinos, la población urbana y los indígenas los más impactados) y se ubican en 25 mil hectáreas del territorio nacional. Entre los conflictos descritos en el mapa se encuentra la desviación del río Ranchería en la Guajira, la contaminación del mar en Santa Marta por parte de la Drummond, la construcción de la hidroeléctrica El Quimbo en Santander, las minas de Marmato en Caldas, entre otros. Aquí encuentre los 72 casos reseñados.

Explotación petrolera en el municipio de Acacias, Meta, Colombia
El conflicto socio-ambiental vivido en el municipio de Acacias debido a la explotación y exploración petrolera se manifiesta en mayor medida en las veredas La Esmeralda y Chichimene, en las cuales se han presentado las más importantes manifestaciones de la comunidad en contra de la contaminación del agua debido a la operación de las estaciones Castilla-Chichimene, del bloque petrolero Cubarral y el nuevo bloque adjudicado CPO9, ambos propiedad de la empresa colombiana ECOPETROL.
En primer lugar, las comunidades de La Esmeralda denuncian que la llegada de las actividades de explotación petrolera dejó inservibles 38 jagüeyes o pozos profundos -forma en la que tradicionalmente los pobladores se han garantizado el acceso al agua- que tenían en sus casas, debido a la contaminación con sustancias asociadas a la extracción de hidrocarburos. El agua de estos pozos, que anteriormente era apta para el consumo humano, desde el año 2011 presenta coloración oscura, mal olor y presencia de partículas.
La empresa Ecopetrol ha dicho que la contaminación de los aljibes se ha ocasionado debido a que los acuíferos que los alimentan han sufrido una pérdida de nivel, probablemente asociada a mayores consumos de la población y la agroindustria. La población, organizaciones sociales y académicos aducen en cambio, que el problema de contaminación radica en que existen pozos de estas estaciones que han sido mal cementados en el proceso de cierre y por esto permitieron la filtración de crudo hacia los acuíferos.
Se denunció también que la exploración sísmica con Sismigel -un explosivo que detona la tierra cada 50 metros, cuyo poder puede perforar depósitos de aguas subterráneas aunque no se necesita licencia ambiental para hacerlo- realizada entre julio y agosto de 2011, fué la causante de la contaminación de 26 pozos más.
Lo cierto es que actualmente las familias de la vereda La Esmeralda para poder tener agua potable, dependen de los carrotanques de Ecopetrol, que aunque no ha admitido su responsabilidad, creó un programa de responsabilidad social empresarial para llevar agua periódicamente a 34 familias y una escuela de la vereda y representantes de la empresa han dicho que en uno o dos años "serán beneficiados con un acueducto veredal", construcción que no se ha iniciado hasta el momento.
Otra expresión del conflicto se encuentra en el tránsito del río Acacías por esta misma vereda y también por la vereda Chichimene, donde se ha denunciado por parte de las comunidades que los vertimientos instalados de la operación de la estación Chichimene están dejando trazas de contaminación por petróleo,al igual que en varios caños y quebradas que desembocan en este río, donde se han presentado varios derrames en el último año. Los habitantes han recogido muestras físicas y registradas en vídeos y fotografías, que las aguas de estos vertimientos son de color negro y de textura espesa con altas temperaturas; el lecho del vertimiento se observa de color negro al levantar las piedras, las algas expelen un olor pútrido, y se han encontrado animales muertos aparentemente intoxicados por petróleo.
Un estudio que hizo la multinacional Chevron antes de entregarle el campo petrolero a Ecopetrol en 2001, había reportado la presencia de Bario – del cual se dice que es el causante de el nacimiento de peces con ceguera y pérdida de aletas y puede producir cáncer en los seres humanos- en las aguas cercanas a estos vertimientos, hasta el momento Ecopetrol dice desconocer dichos estudios y que en “la roca de donde se extrae el petróleo de estas estaciones no se encuentra Bario” y por lo tanto, no ha implementado medidas para controlar la presencia de este elemento en las aguas.
Las comunidades se han manifestado de diferentes formas en contra de estos impactos ambientales y sociales, radicando y recogiendo apelaciones colectivas e individuales, impidiendo también en varias ocasiones, la entrada de taladros a nuevos pozos, como durante el paro realizado en enero de 2013, en reclamo a los impactos en el agua y las reformas a las formas de contratación entre la empresa y las comunidades, lo que terminó en fuertes enfrentamientos con la fuerza pública. Se han articulado también a espacios regionales de reivindicación y negociación como la Mesa Hídrica del Piedemonte Llanero. En 2013 y 2014 las comunidades de estas veredas se sumaron a las marchas realizadas en todo el departamento del Meta en defensa del agua.
La ANLA, el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible y Corporinoquía han respondido que en algunos puntos se podría estar cometiendo una infracción ambiental que siguen revisando y que están elaborando un concepto técnico antes de pronunciarse.

3. Dos miradas a la minería[2]
Entrevistas con el holandés Gunter Pauli y el catalán Joan Martínez Alier. El primero defiende el concepto de explotación minera sostenible, mientras que Alier cree que es mejor dejar los recursos bajo el suelo. La última semana coincidieron en Colombia dos expertos internacionales que conocen de cerca el propósito del actual gobierno para hacer de la minería su locomotora económica. Dos reconocidos economistas que tienen visiones diferentes, y a veces opuestas, sobre la manera en la que el país debería manejar la explotación de sus recursos.
Por un lado, el economista catalán Joan Martínez Alier asegura que en Colombia existe “una obsesión por la locomotora minera sin contar los costos sociales y los costos ambientales”, lo que no sólo está causando daños “irreparables” a los ecosistemas sino que no representa el crecimiento económico que se anuncia. Al otro lado de la balanza está el economista holandés Gunter Pauli, quien trajo al país el concepto de minería sostenible. Su pensamiento es que “no hay que dejar de explotar minerales, pero la mina tiene que generar valor agregado más allá de la mina”, y su propuesta contempla un modelo de mina que produce agua y elimina desechos y contaminantes. Dos visiones de la minería en momentos en que se revive en el país el debate sobre la conveniencia de esta actividad, luego de que la Drummond fuera sancionada por el vertimiento de carbón en el mar de Santa Marta y de que los trabajadores del Cerrejón se declararan en huelga por sus condiciones laborales y de salubridad.
‘Colombia no va por buen camino’: Joan Martínez Alier
Joan Martínez Alier conoce de cerca los conflictos ambientales de la India. Ha escuchado a los grupos indígenas de Perú que se oponen a la minería, a los de Ecuador que rechazan la extracción de petróleo en el Parque Nacional Yasuní. También a los campesinos de Cajamarca, Tolima, que están en contra de la minería de oro en sus territorios y, en general, a cientos de movimientos en el mundo afectados por la extracción de sus recursos por cuenta del crecimiento económico.
No es gratuito que a la hora de hablar de economía ecológica o de economía popular su nombre sea un referente obligado a nivel mundial. Este catalán ha publicado 20 libros en los que analiza estos fenómenos. La semana pasada estuvo de visita en el país y habló con El Espectador.
En Colombia se han otorgado cerca de 14.000 títulos mineros. ¿Por qué ha crecido el interés de empresas extranjeras por explotar recursos en el país? Es una situación que se repite, no sólo en América Latina sino en otras regiones del mundo, como África. Cuando la economía mundial crece —y todavía está creciendo— gasta más energía y más recursos, y los va a buscar a donde sea. Por ejemplo: se saca petróleo de los sitios en los que menos se debería sacar, como en la Amazonia. Nunca ha habido tanto comercio de materias primas del sur hacia el norte como ahora. En la época colonial tenían embarcaciones pequeñas y enviaban minerales, pero ahora hay barcos de petróleo y de carbón moviéndose todo el tiempo.
¿Eso explica el aumento de movimientos sociales en contra de estos proyectos? Hace diez años los indígenas uwa estaban defendiendo su territorio contra la Occidental Petroleum Corporation y los embera katío contra la represa de Urrá. En el Pacífico la gente estaba protestando por los cultivos de palma de aceite. Sólo en Colombia habrá cien conflictos ambientales activos. Sin embargo, es cierto que ahora se están discutiendo más estos asuntos, quizá porque la situación política es más pacífica. No se puede olvidar que, en Colombia, los temas ambientales han estado relacionados con el conflicto armado.
¿Cómo ve la decisión del Gobierno de impulsar una locomotora minera? Es una mala política porque puede que la economía crezca, pero al ambiente le va muy mal. Si se hiciera bien la contabilidad y se tuvieran en cuenta los daños ambientales irreparables por la extracción, el PIB no estaría creciendo el 5%, como dicen, sino que quizá está decreciendo. Aunque es cierto que la locomotora no va tan de prisa porque la gente protesta, en algunas zonas ya estaba avanzando aun antes del gobierno del presidente Santos. Colombia es un gran exportador de carbón, de más de 70 millones de toneladas al año, y se está impulsando la extracción de oro.

Pero esa locomotora está pensada para impulsar la economía del país...
En términos económicos, el país exporta barato y compra caro. ¿Para qué destrozar el ambiente, generar pérdidas en la biodiversidad y el agua, y perjudicar a las comunidades si al fin y al cabo se va a vender materia prima barata? En estas condiciones, creo que Colombia no va por buen camino. A las compañías las entusiasma llegar a un lugar que va a ser un proveedor barato de materias primas. Siempre hablan de compensar las externalidades, pero no lo hacen. A mí no me parece muy sofisticado eso como política. No creo que, por ejemplo, la explotación de carbón enriquezca a Colombia. Desde luego, las zonas de extracción se empobrecen, se destrozan. Habría que preguntarse cuál es el beneficio que le queda al país. Hay una obsesión por esta locomotora minera sin contar los costos sociales y ambientales.
El presidente Santos declaró 17 millones de hectáreas de la Amazonia y de la Orinoquia como zonas de minería estratégica. ¿Cree que es la mejor manera de evitar la minería ilegal en la zona, como lo propone el mandatario? Parece que cuanto más modernos somos, más simplificamos la geografía. Entramos en un momento en el que predomina un solo lenguaje, que es el de la económica, y se olvidan, por ejemplo, la riqueza de idiomas y la diversidad biológica y cultural de estas zonas. Santos se imagina a la Amazonia con una minería ordenada, con grandes empresas, pero la Amazonia no es eso, no se puede simplificar así.
El Gobierno plantea que la locomotora minera será una fuente de desarrollo para el país. ¿Es posible pensar en desarrollo y conservación al mismo tiempo? Depende de lo que entendamos por desarrollo. En Europa, por ejemplo, mucha gente se está preguntando para qué vamos a crecer económicamente si eso nos lleva a costos ambientales muy grandes y nos ha hecho endeudar de una manera terrible. En lo que se está pensando es en una prosperidad sin crecimiento, olvidar el crecimiento económico y ver cómo podemos vivir con lo que tenemos. Repartir mejor las cosas, vivir sin aspirar a tener siempre más. Estas ideas son muy distintas a las de los economistas del crecimiento económico perpetuo, que es imposible.
Varios expertos en medio ambiente aseguran que es más rentable para el país dejar los recursos en el subsuelo. ¿Comparte esta posición? En este momento es claro que estamos poniendo demasiado dióxido de carbono en la atmósfera, estamos quemando demasiado combustible fósil. La concentración de CO2 en la atmósfera, que era de 300 partes por millón, está llegando a 400 partes por millón. Sabemos que se debe quemar menos petróleo, gas y carbón. Entonces, ¿dónde se deben dejar estos recursos? En lugares que tengan mucho valor desde el punto de vista social, cultural y ambiental. En el caso de Colombia, una buena idea sería dejar el carbón en los páramos, para proteger el agua. Me parece razonable sacar combustibles fósiles a un ritmo mucho más lento, pero el Gobierno está buscando todo lo contrario.
El Gobierno acaba de sancionar a la minera Drummond por arrojar carbón al mar de Santa Marta. ¿Cree que el Estado está asumiendo una posición distinta frente a los temas ambientales? Yo estuve un vez en Santa Marta y allá todos saben que hay contaminación por el carbón; se ve la nube de carbón con el descargue en las barcazas. Pero hacía falta que botaran el carbón al mar para que se hablara del asunto. La gran catástrofe es que la contaminación está ocurriendo cada día y no se hace nada. Parece que la reacción es tan lenta que sólo se aprende por catástrofes, y eso es una lástima.
¿Lo que usted ha denominado “ecología popular” o “ecología de los pobres” está teniendo más fuerza hoy en el mundo? Hoy lo llamo movimiento de justicia ambiental. Cuando hay conflictos ambientales, la gente pobre se pone del lado ambiental por razones de supervivencia. Eso está ocurriendo en todo el mundo. Un caso es el de Santurbán. Hay una fuerte resistencia. Buena parte de esta gente no diría que es ecologista o ambientalista; es gente normal que protesta. Por ejemplo, en Cajamarca la gente está manifestándose. Yo estuve en Tolima y es absurdo pensar que allí la gente vive de la agricultura, pero el lugar se va a convertir en un enorme hoyo de minería de oro, con Anglogold Ashanti a la cabeza, que es una compañía con una mala reputación mundial, con malos antecedentes.
Es posible la minería sostenible’: Gunter Pauli
Los mineros tienen que aprender a trabajar como los cirujanos, con mucha precisión y sin dejar tantas secuelas”. Gunter Pauli es holandés de nacimiento, pero gran parte de su vida la ha pasado entre Japón y Sudáfrica. A Colombia —país de origen de su esposa— ha venido más de 200 veces y la semana pasada llegó por invitación de la Biblioteca Luis Ángel Arango para proponer un proyecto que, según él, convertirá la minería en proveedora de agua y de empleo para los campesinos de las regiones. Con su libro Economía azul, este economista sugiere que las crisis pueden resolverse por medio de los recursos de la naturaleza. La clave, según él, está en buscarles un valor agregado para que haya más empleo y capital. Destaca que dentro de sus principales logros está haber puesto a producir electricidad, carbón e hidrógeno de viejas minas europeas que llevaban décadas clausuradas y sin recursos.
Está en Colombia para proponer un proyecto de minería sostenible, ¿de qué se trata? Me di cuenta de que Colombia está sufriendo del mal holandés: gracias al éxito de la minería, de sus exportaciones, tiene una revaluación de su peso y la industria agropecuaria y textil han perdido competitividad. Por eso pensé que tenemos que cambiar el modelo de negocios de la mina, porque si sigue así van a tener una desindustrialización.
¿Cuál modelo propone? La propuesta concreta es que la mina de Cajamarca, en Tolima, siembre 20.000 hectáreas de guadua, que se quiten las especies exóticas y se restablezca la vegetación tradicional. Hemos calculado que con esas hectáreas la mina tendría el doble de agua que necesita y la tendría para siempre. No hay que dejar de exportar minerales, pero la mina tiene que generar valor agregado más allá de la mina.
En este caso, ¿cuál sería ese valor agregado? Cuando en tres años ya tienes un guadual, vas a obtener postes de 25 metros que necesitan los frijoleros de la zona para poner sus fríjoles. La guadua también se podría usar para viviendas de interés social. Con lo que sobre se puede hacer pulpa de papel. Además, los desechos de la mina podrán producir material de construcción, ya tenemos una alianza con Cemex.
¿Ya ha realizado la propuesta a empresas mineras? Tengo un acuerdo con Anglo Gold Ashanti y ya van a financiar las primeras 100 hectáreas de guadua para probar que el modelo funcione en Tolima.
Usted habla de un concepto de minería sostenible... Minería sostenible, social, proveedora de agua, catalizadora de desarrollo económico. Explíquenos bien el término... Se trata de aprovechar todo. La mina pasa de ser un excavador de mineral a un catalizador del desarrollo económico. La mina tiene que convertirse de la misma manera como el cirujano lo ha hecho: hace 30 años, cuando tenías apendicitis, te quedaba una cicatriz enorme, ahora es pequeñísima. Los mineros tienen que aprender a trabajar como los cirujanos, con mucha precisión y sin dejar tantas secuelas.
¿Cuál debería ser la metodología para la extracción de minerales sin causar tantos impactos? Debe ser subterránea, sin tocar la superficie.
Algunos expertos colombianos creen que es más rentable dejar los recursos mineros en el suelo y no extraerlos, ¿cuál es su posición?  Soy partidario de la lógica inclusiva. Es decir, seguramente hay situaciones como las de los páramos que no tiene sentido molestarlos, porque su función es tan crítica que no puedes tocarlos. Pero cuando estoy en Tolima, en una zona donde el terreno es pobre, donde el campesino no tiene la capa vegetal para el futuro, ni el agua, entonces sí hay que hacerlo. No hay negro ni blanco, hay situaciones donde vale la pena y otras en las que no se puede hacer.
Por ejemplo, en junio del año pasado, el Gobierno declaró como áreas estratégicas mineras 17 millones de hectáreas entre Amazonas y Orinoquia, ¿Ahí vale la pena la minería? Se tienen que respetar sitios sagrados indígenas y áreas de reserva campesina. Pero los otros que sí están disponibles son tan importantes y con tanta promesa que no podemos castigarlos a ellos porque no se puede al otro lado.
¿Qué áreas ve como potenciales para la minería en Colombia? Es más fácil decir dónde no es factible: en páramos, en zonas sagradas de los indígenas. Pero el resto, miremos caso por caso el impacto positivo que se puede tener.
¿Amazonas, por ejemplo? No conozco ningún caso y tampoco lo he estudiado, no digo que es imposible, pero tampoco que es fácil.
El año pasado cerramos con un movimiento social muy fuerte que rechaza la minería, ¿significa entonces que ellos están equivocados? No, para nada. Como ellos, estoy en contra de la extracción salvaje como muchos empresarios lo han hecho. Decir “no” tiene razón, pero decir que hay otra opción para la minería vale la pena.
Colombia es un país de vocación agraria, ¿cómo cambiar ese chip de que ahora podríamos ser el país minero? No, Colombia tiene que conservar su vocación agraria. No tiene sentido convertirse en el país minero. Lo que necesitamos es que este sector no impida por razones macroeconómicas perder al sector agrícola.
¿Qué va a pasar con los mineros artesanales? Tenemos que integrarlos, no eliminarlos. Ellos son necesarios. Lo único es que deben dejar de usar el mercurio. El problema de la minería artesanal es que no ha tenido acceso a las tecnologías.
¿Qué es el progreso para usted? Que la gente sea feliz.



[2] http://www.elespectador.com/noticias/temadeldia/dos-miradas-mineria-articulo-404061 El espectador. Fecha de publicación. 10 febrero del 2013. Consultado en agosto del 2016.

Fotos Valor de la paz y Medio Ambiente


 Fotos recopiladas por Clara Inés Sierra O.



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